MURALES EXPOSITORES
Un mural expositor refrigerado por definición es una máquina de pie, abierta o con puertas, y muy amplia, para poder exponer producto fresco y/o frío y del que normalmente se puede servir el propio cliente, y en el que podemos adaptar el rango de temperatura según el producto. Pero dentro de esta categoría podemos perfectamente encontrar expositores refrigerados, que podríamos no incluir en los murales. En general, un mural expositor es el típico que encontramos en los supermercados, que pueden albergar una gran cantidad de producto con una máxima visibilidad, además, todos guardan una misma línea estética. En cambio, un expositor no dispondrá de la opción de rangos de temperatura según el producto y generalmente es un armario que no se puede personalizar, no dispone de tanta superficie de exposición, pueden tener ruedas y son mucho más compactos y ligeros que un mural.
Los fabricantes de frío normalmente ya indican a qué tipo de producto está destinado cada vitrina mural expositora. Hay que diferenciar entre la temperatura del producto y la temperatura de aplicación. El rango M1 es para carnes y trabaja de 0ºC a +2ºC, el rango M2 es para lácteos y trabaja de +2ºC a +4ºC, igual que el H1, pero la aplicación es a frutas y verduras. Los murales expositores pueden tener el motor incorporado o a distancia. Los que son unitarios (que no hacen un lineal) es probable que lo encontremos con el motor incorporado, en cambio, en grandes instalaciones como los lineales de los supermercados, acotumbran a tener el motor a distancia. Murales de congelación con motor incorporado hay pocos en el mercado, en cambio, los modelos de conservación con las temperaturas antes indicadas sí son más comunes individualmente, y como veremos, también se pueden unir para conseguir un lineal más grande. Cada día menos murales son abiertos sin puertas, la ley se está preparando para que solo puedan ser con puertas, porque lógicamente si es abierto cuesta mucho mantener la temperatura, el motor funciona constantemente, y ello supone un gran desperdicio energético.
Las medidas de los murales expositores son en general bastante estándar, pero siempre es mejor adquirirlos juntos para tener la misma línea y los mismos acabados. Por lo general, el fondo es de 60, 70 u 85 cm, y el alto ronda los dos metros o un poco más, excepto los de autoservicio de la zona de la carne, quesos, embutidos, o sándwiches, que tienen un alto de 1,30 o 1,50 cm, tienen puertas y normalmente se colocan en los supermercados a modo de isla, con lo que se aprovecha todo el espacio de servicio de las dos caras. En los murales abiertos, sin puertas, encontrarás normalmente que tienen cortina nocturna, eso sirve para sustituir las puertss y se bajan por la noche, para perder menos temperatura mientras el local no está abierto. Puedes unir casi tantos murales como quieras, luego se puede escoger el tipo de lateral: los hay ciegos, de cristal, acabados con espejo para dar más sensación de amplitud, etc. Como son máquinas específicas, los fabricantes normalmente ofrecen una personalización casi individualizada: puedes escoger el color interior, el exterior, si solo la personalización del color de la franja o del frontal entero, así como pedir barras de colgar, portaprecios, iluminación LED en cada estante, etc. Las opciones son muchas, una vez te decidas por un mural, merece la penar hacer el esfuerzo de pagar los suplementos para que se adapten todo lo que se pueda a tu negocio.
Unos pocos consejos para que aciertes tu elección del mural. Para emperzar, asegúrate de la temperatura que vas a necesitar, si vas a combinar distintos productos, inclínate siempre por la temperatura más baja. Aunque todavía existen, si puedes opta por un mural con puertas, en breve por ley solo podrán instalarse estos modelos. Si vas a personalizar tu mural panelándolo por tus propios medios, acuérdate de respetar la zona de la rejilla de respiración o se recalentará. Mira qué opciones ofrece el fabricante: por poco dinero de diferencia puedes por ejemplo pedir iluminación LED en los estantes y mejorar notablemente la calidad de la exposición. Aunque disponen normalmente de desescarche automático, es interesante colocar un desagüe por si falla el sistema de evaporación automática.